Esas manos dichosas
las que dieron el último adiós,
las que cerraron sus ojos
y le entregaron a dios.
Ese camino que se acaba
es principio y verdad,
de la vida que uno yerra
sin saberlo y sin maldad.
Esa luz que se apaga
brillando en otro mundo
lucirá , donde el corazón
que late siempre con él irá.
Esa piel envejecida
que la vida marcada lleva,
es el manto que arropa el alma
hasta que libre por fin vuela.
Es principio y es final
es un paso que a todos llega,
donde se acaba el ser
y termina la condena.