En el soñoliento despertar,
con el amanecer de un nuevo día,
incierto camino que se abre a mis pasos,
horizonte anaranjado que mira mi devenir.
¿Sabes tú que recorrido he de seguir
y donde mi deambular me llevará?
Abre los ojos, sólo mira adelante
y de a poco iras escribiendo presente,
el futuro no existe, se construye segundo a segundo,
tan voluble como hoja otoñal en el viento.
Hoy suspirando por lo que es y quisiera ser,
y mañana... ¿Quién sabe que será?