Entre el follaje de la enredadera
y envuelta en algodonosas nubes,
me miras desde ahí arriba.
-¿Me miraras a mi igual que te miro yo?
Tu eres la dama que brilla
en la noche coronada de estrellas,
reina y señora de las mareas,
y yo solo un canto rodado en la playa
convertido en polvorienta arena.