sábado, 25 de marzo de 2017

MICRORRELATO V




Miraba por la ventana escondida tras las sombras de la noche, envuelta en el silencio, y por compañero el insomnio.
Miraba los pequeños charcos atrapados en el adoquinado de la calle, eran como pequeñas estrellas derramadas por la mortecina luz de las farolas, apenas desvié la vista y la encontré allí, mirándome desde el portalón del edificio de enfrente, me sonreía, con esa sonrisa tímida de quien aún no ha vivido lo suficiente, por un momento pensé que no era a mí a quien miraba, pero extrañamente reconocí aquellos ojos adolescentes que me evocaban nostalgia. Devolví la sonrisa y tan sólo un sí sin palabras, susurrado a la ventana, ella me lanzó un beso y se marchó dejando un eco de pisadas.
Sonreí de nuevo, y era yo quien me marchaba lanzando un beso a aquella ventana.