Traes pintados de melancolía tus colores,
a campo húmedo y vida dormida tus olores...
Ya todo se calma se apaga,
esperando que llegue el frío
y la escarcha cada mañana.
Alameda frondosa y tupida,
que dejas sembrada
de hojas amarillentas mi senda,
para quedarte desnuda y esquelética,
dormida en los brazos de blanquecina helada.
De verde morado al negro
pasa la oliva a tu encuentro,
y la encina su fruto
ofrece al puerco.
Ya no surcan los cielos
ni vencejos ni golondrinas,
ni alborotan desde sus nidos
en el alfeizar de las ventanas.
Otoño que mojas los campos,
que eres puente del calor al frío,
que acortas los días y alargas las noches,
que te visten de tristeza tus colores
que llegas sin alborotos ni ruidos,
y nos dejas a las puertas
de mantecados y turrones....
Otoño de mis sueños e ilusiones....
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