Cuando
me sueñas me escapo,
corro libre
entre las nubes
dando tumbos
y saltos.
No me
puedes sujetar,
tus manos
tan solo son humo
que se
arremolina en mi cintura,
y cuando
giro a tu alrededor
se deshacen
en neblina.
Sueña sigue
soñando
y déjame
que corra libre
hasta dejar
mi cuerpo agotado
y solo volverá,
a acurrucarse
a tu lado.
Y mi
alma libre seguirá
mientras
me sigas soñando…