Odio el silencio
que me grita sin palabras,
Que deja el desosiego
prendido al corazón.
En esta mente obtusa
que gobierna mis ideas,
sólo cabe angustia
que nubla la razón.
Sigo en tu silencio,
sin entender que pasa,
buscando la sentencia
de esta desazón.
Odio tu mutismo,
que golpea sin respuesta,
dejando mí pregunta
sin contestación.