Sombra fantasmal
que guarda el pantano,
que en silencio gime
un llanto amargo.
Entre ocres y grises
se le escapó la vida,
dejando un reguero
de hojas mortecinas.
El invierno arraigó
en tus entrañas,
fuiste un día, álamo,
pie de la alameda
y hoy, sólo fantasma,
un tocón carcomido,
esquelético y podrido,
un nido de alimañas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario