Tantas palabras guardadas,
tantos silencios gritados,
y miradas escondidas
tras los párpados cerrados.
Manos que añoran la piel
que nunca han de rozar,
y sin embargo la sienten
tersa, cálida, en su abrazo.
Se que no leerás
las letras que vomito,
sacando todo el amor
que abrasa mis sentimientos,
desgarrando el corazón
y arrancándome suspiros,
esos que llevan tu nombre,
esos que ya no son míos.
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