Nunca fui tan libre,
ni mis alas volaron tan alto,
ni mis pies pisaron tan fuerte.
La máscara que dibuja
una sonrisa falsa,
en mil pedazos
la convirtió la risa.
Espejo en el que mirarse
y aprender a levantarse,
después de cada caída
con más fuerza y coraje.
Maestra de cien oficios,
aprendiz siempre de madre,
graduada en equivocarse,
y ser apoyo de los hijos.
No es la sangre la que nos une,
pero hermanas nos hizo la vida,
y da igual en tacones o descalzas,
hay que seguir camino arriba,
siempre en compañía,
de quien te de alas
y te transmita armonía.
Dedicada a Paqui y Angelita, dos hermanas que me regaló la vida y en cuya compañía la risa nos hace libres.
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