Dejare que descubras mi cuerpo
al trasluz de mi vestido.
Dejare que imagines tus manos
por mis caderas resbalando,
y que encuentres el ardor
de mi piel con su contacto.
Dejare que mi cuerpo se estremezca
con el roce de tus labios,
y lo dejes marcado
con la pasión de tus besos.
Dejare mi sabor en tu boca,
y tu sed se sacie en la mía
y te embriagues con mi aroma,
y tu voluntad en ella se quede perdida...
Dejare que te imagines mi dueño,
que te pertenece mi cuerpo,
que eres el amo
de la explosión de mi orgasmo.
Dejare que me sigas mirando,
y que con hacerme tuya sigas soñando...
Dormir... tal vez soñar...
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