Recostada a tu lado, sintiendo tu calor y el olor
embriagador de tu piel, dormitando aun,
deslizo mis manos por los pectorales
duros y firmes de tu pecho, y mis dedos
construyen senderos bordeando
los músculos de tu vientre, cuadraditos
perfectos que endulzan el ardor de mi deseo.
Y esos muslos contorneados como
esculpidos en mármol, en los que enredo mis piernas y me dejo atrapar, y me
hago presa de la lujuria.
Ese cuerpo que enerva mis sentidos embriaga mi alma y
me desborda de pasión, todo es mío.
Abro
los ojos lo miro y sonrió, una enorme naranja se apodero de tu vientre y
deshizo senderos y esculturas, pero me dejo todo, todo tu amor, vuelvo a cerrar los ojos me acurruco a tu lado y pienso: todo es
perfecto cuando se mira con los ojos del AMOR…
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