martes, 18 de junio de 2013

PUERTA AL INFINITO



Hueles a muerte, a silencio, 
podredumbre y olvido.
Fachada de flores, 
corazón polvoriento.
Escondes historias, 
que se pierden en el tiempo.
Miradas vidriadas
que me miran a mi paso,
luces encendidas en recuerdo
de la vida que se pierde,  termina
y aquí llega a su ocaso.
Última morada de este cuerpo
que nació de la nada,
y a la nada volvemos sin remedio. 
Aquí llega el pobre y también el rico,
por noble que sea su fachada, 
los dos ocupan el mismo sitio.
Palacio de ventanas cerradas,
de puertas abiertas  donde la luz no cala,
donde perdemos el ser y desplegamos el alma.


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