Se rompió la magia,
se esfumo el desorden,
y a mis ojos ciegos
le volvió el orden.
En mi pecho el potro
dejo su galope,
y volvió al camino
mas lento y pobre.
Se apagó el fuego,
solo quedan brasas
y en ceniza el tiempo
todo lo traspasa.
Y al amor los versos
ya no los escribo,
solo a la tristeza
que llevo conmigo.
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