Llueve, simplemente llueve,
en la oscuridad de la noche
solamente escucho, y llueve.
Gotas cristalinas lanzadas
como proyectiles al suelo,
clavándose en todo a su paso,
empapando tejados, árboles,
suelo, hasta mi corazón.
Gota tras gota se forma
ese torrente, que arrastra
polvo, hojas, muerte… Dejando
mi derruida alma impoluta.
Llueve, simplemente llueve,
y el día tímido viene.
Trasiego de pasos se mezclan
con el sonido de mil gotas,
desprendiéndose en cascada
de entre las nubes.
Llueve, y la vida se filtra
por cada poro y rendija,
mezclando el color del terruño
áspero, con el verdor
explosivo de la nueva vida.
Llueve, simplemente hoy, llueve.
Llueve, simplemente hoy, llueve.
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