Hasta las piedras del camino
tienen corazón,
y las espinas terciopelo
en su afilado punzón.
Hasta el dulce néctar
su final es amargor,
y la seda al tacto
el frío en su percepción.
Hasta el mar en su belleza
esconde su traición,
y el cobarde en su miedo
un relámpago de valor.
Hasta la oscuridad de la noche
en la luna su iluminación,
y el infierno del desierto
en la noche su refrigeración.
Hasta el rotundo silencio
en el sigilo tiene su son,
y un corazón roto
en otro amor su salvación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario