jueves, 18 de agosto de 2016

AQUELLA NOCHE




Mírala, 
mírala como llora,
como llora la luna
que aún recuerda
la noche, en que aquella
bala certera arrebataba
la vida, la vida de su poeta.

Llora,
llora desconsolada
y sus lágrimas borbotean,
borbotean en las fuentes
de la Alhambra.

¡Ay su Federico!
Su Federico se pierde,
se pierde en una zanja,
pero su alma se queda 
en tantas y tantas palabras,
que la luna siempre quiere,
siempre quiere en su granada
escucharlas.

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