Oasis que en mi desierto
la sed de mi soledad apagaba.
Agua envenenada que en
limpia y cristalina ocultaba.
Cambiaste luz de luna
tan solo por luz opaca,
que no ilumina camino
tan solo sentidos embriaga.
Deformaste mis deseos
con tu curiosidad malsana,
y por el lodo pestilente
dejaste mi alma arrastrada.
No habrá peor castigo,
que el frío del silencio
tu cuerpo abrace,
y en escarcha cristalina
mi luz opaque...
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