Noto tú tristeza aun cuando
las palabras la esconden.
En tus ojos descubro,
la melancolía que empaña
el brillo que en ellos nace,
que ilumina mis días
y en mis noches es la calma,
que me arrulla y me adormece.
Y finges una sonrisa
que no es más que un garabato,
dibujado por un niño
en un papel arrugado.
Y sigues fingiendo alegría,
que emborrona lo que dices,
y vas rezumando pena,
que nos deja cicatrices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario