Se me agrietaron los labios
de no poderte besar,
y la boca en carne viva
de mi sed no poder saciar.
Mis manos se pelearon
por tu cuerpo no encontrar,
se desvaneció en mi recuerdo
y ya no te pude amar.
Entre sueños encontré tus ojos,
con la mirada los quise apresar,
y cual mariposa dorada
se volvieron a escapar.
¿Fuiste real o fantasía?
En mi febril dormitar.
Aun siento tus brazos
y el perfume a azahar.
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