Respiré profundo, cerré los ojos y me dije, arriba no hay más remedio.
Frente al espejo mire mi cuerpo, las lágrimas acudieron a mis ojos empañando la imagen que me horrorizaba. Me dí media vuelta, entre en la ducha y deje el agua correr limpiando mi cuerpo y mi alma, siete minutos después salí de ella, el espejo estaba totalmente empañado, solo se veía una silueta sin taras ni deformaciones, esa figura que se contorneaba envolviéndose en una toalla me era más afable.
Sonriendo hago una crucecita en una hoja de papel que hay pegada en la pared bajo la frase “Otro día más que te gané la batalla, cáncer”
Hoy hace un año que vi por primera vez mi cuerpo mutilado.
Feliz en voz alta digo – estoy viva…
Fuera escucho –¡ Mamáaaaa llego tarde!
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