jueves, 25 de marzo de 2021

Hace tanto tiempo que deje de soñar imposibles,
que mis sueños se tornaron monotonía,
y mis días sólo fueron un camino interminable
por el soporífero desierto.
Noches de insomne sueño, vacías de emoción y sentimiento.
Dolorido cuerpo que amanece inerte al nuevo día, 
igual de viejo que al siguiente.
Pesa la carne en este esqueleto,
rejas del alma que amarra al sufrimiento,
quiere marcharse y aún no es su momento.


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