Voy luchando en la contienda de la vida
perdí mi escudo y la espada,
y ahora a pecho descubierto
me abro camino en la batalla.
Clavo rodilla en tierra
y me encomiendo
al dios de los sueños,
para salir indemne
de esta cruel cruzada...
El tiempo pasa
y aun queda lejos
el final de esta brega
donde no hay
vencedores ni vencidos,
solo almas que claman
por esa paz anhelada...
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