sábado, 1 de octubre de 2016

COMPRENSIÓN



Ya no quiero tu paciencia
ni tampoco tu comprensión,
sólo quiero que me grites,
que me digas se acabó.

Que dejes abierta la puerta
que pueda entrar o salir yo,
que no sean tus cadenas
las que amarren mi dolor.

Ya no quiero que me mires
dándome la razón,
y tampoco tu cordura
amarre mi enajenación.

Deja que sea yo
la que caiga y me levante,
la que pida tu mano abierta, 
la que pida una vez perdón.

Deja que la locura
sea la llave de este amor,
que a ti te hace cobarde
y a mi dura de corazón.

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