Hoy mis ganas se han marchado
se fueron en la madrugada,
me las arrebato el viento
entrando por mi ventana.
Y ahora que hago con este cuerpo
que para él la lucha ya es vana.
No quiere despertar del sueño
que a la vida hacía diáfana.
No le quedan ilusiones
que lo empujen a un mañana,
tan sólo un camino incierto
despojado de esperanza.
Carne y huesos maltrechos
arrancados de esta alma,
que a gritos clama en silencio
la vida que aún le falta.
Vida hueca y vacía
que ya no vale de nada,
si no tiene un porqué
ni tampoco otro mañana.
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