miércoles, 25 de octubre de 2017

MICRO-RELATO VI




Apenas note su tacto, tan sólo escuchaba el crujir del tejido resbalar por la piel, y la cálida sensación que me provocaba su roce. 
Abrí mis manos con la intención de acariciarlo y las detuve a milímetros de hacerlo.
Tan solo eran harapos, mal trechos y ajados sin su cuerpo poseyéndolo. Tan sólo era su vestido.

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