miércoles, 25 de octubre de 2017

MIEDOS



Quizás me tomes por ridícula, pero es así.
Enfrentarme a mis miedos, esos que hacen perder el control, los que se agarran a tu estómago y lo estrujan, lo vapulean y hacen que el corazón se te suba a la cabeza y galope tan alocado que parezca que se va a escapar por los oídos, y todo se transforma en una noria que no deja de girar, dando paso a la claustrofobia que se hace dueña de mi, tan solo en pensar estar en un lugar donde de no pueda estirar los brazos, y tener que enfrentarme a ese tubo atronador sabiendo que ha de tragarme y masticarme con su feroz ruido, el tiempo suficiente como para perder todos mis sentidos.
Estoy preparada, aprieto los ojos con fuerza ignorando la cavidad, y te llamo con el pensamiento para que seas mi socorro en este trance, y como por ensalmo llegas para calmarme, para apaciguar mis demonios, y para llevar mi pensamiento tan lejos que olvide la presión a la que está sometido mi cuerpo. Cuando oigo una voz metálica que intenta tranquilizarme diciéndome - "ya queda poco" Simplemente sonrió, respiro despacio y me despido de ti, - Hasta pronto mi salvador.
Convirtiéndome en ese instante en el vómito de una insensible máquina.

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