Cojidita de tú mano
era yo quien caminaba,
y atenta escuchaba
cada una de tus palabras,
y segura me sentía
sabiendo que me guardabas,
que orgullosa iba madre,
cuando tú me acompañabas.
Hoy soy yo la que aprieto
esa mano chiquitita,
y la que dulcemente mira
esa cara tan bonita.
Por el mismo caminito
que contigo paseaba,
voy recordando madre
cada pasito que daba.
Hoy le digo muy contenta
a mi niña chiquitita,
mira bien esa arboleda
y es discurrir de la vereda,
que un día seras tú
la que pasees por ella,
cojidita de su mano,
cuando yo, ya sea abuela.
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