Al fin descubrí tu cara ,
te quitaste la mascara
esa que me tenía engañada,
y dejaste ver tus entrañas .
Ya no caeré en tú trampa,
ni dejaré que me engañen
tus dulces palabras,
ya en mi vida no eres nada,
tan solo una vivencia amarga.
Te arrancaré de mi existencia,
aunque quede desgarrada,
pero no correrán mis lágrimas
por el perfil de mi cara.
No serás más que ceniza
del fuego que nos devoraba,
y el viento las arrastrará
hasta donde ya no sean nada.
Tu vida no será más que un recuerdo
que yo arrancaré de mi alma,
y se desvanecerá como la niebla
que enturbia una tibia mañana.
Y a amanecer volverá...
Ya con la lección aprendida,
más cauta y precavida
caminaré en esta vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario